Me dijeron que mientras mi soledad
se fue a bordo de una estrella a soñarte,
tus ansias salieron a buscarme,
vaciando mares, levantando piedras.
Que recorrieron montes,
ríos, páramos, ciudades,
plazas, valles, poblados y aldeas.
Se dice que no dejaron sendero
sin caminarlo tras mi huella
y por instantes creyeron ver el rastro
de mis cabellos en vuelo fugaz,
dejando una estela.
No dejes de buscarme, cabalga fiero al aire
que aquí, colmada de afanes
todo cuanto soy aún te anhela;
que a pesar del paso inclemente de los siglos,
mi corazón por ti palpita, mi piel te pide a gritos
y mi alma por ti espera.