Como fauno de encantadora flauta,
de la nada surges sugiriendo rituales mágicos,
de esos que paren auroras doradas
con pócimas sagradas, brebajes benditos y zumos
extraídos por ti, directo de las entrañas de la tierra.
A tu comando, azules colibríes de fuego
danzan yubás sensuales a golpe de cuero curado…
Las aves del primer cielo retornan
cortando con sus alas de acero el firmamento,
desgarrando nubes que llueven vapores sobre los humedales
disparando el incendio…
Y el cuerpo de una musa apacible arde en llamas,
tornándose de otoñal bosque en salvaje selva tropical;
en amazona furiosa, páramo encendido;
batey anhelante, donde los peces dorados
elucubran danzas de orgasmos a son de tambor…
Latido de la vida que bulle, vibra, se retuerce y crece
hasta explotar en millares de estrellas que ríen,
mientras, aferradas a ti, se precipitan
quemándose contigo
en caída libre.
«Sátiro y ninfa» ©Diane Özdamar
About Ella Milmundos
Hay quien escribe por gusto... Yo escribo por necesidad.
Escribir es mi desahogo; escribiendo le doy rienda suelta a mi alma, para que vuele y se revele... Entre letras, palabras e imágenes me siento en paz.
Mas debo decir que, si bien escribo primariamente para dejar salir mis sentimientos, también escribo por la responsabilidad de ponerle palabras a los sentimientos de muchas otras personas... Mi espíritu entiende que estos sentimientos, aunque son míos, también son propiedad de un alma colectiva que se busca a sí misma en mí y en todos.
Por todas esas personas que no saben cómo expresasr lo que sienten, lo que calladamente llevan dentro, existen montones de poetas locos, como yo, que cantan su verdad de tantas y tan variadas maneras como diversa es la realidad humana.
Sí. Soy una mujer. Pero más allá de cualquier limitación de género, soy lo mismo que tú: un Ser Humano. Es por eso que te digo que soy yo, pero también soy muchos y muchas. Soy todos y todas. Soy yo y soy tú.
Y hoy abro este espacio para que lo compartamos. Si lo que aquí escribo, de alguna manera encuentra eco en ti, anímate y compártelo... Ya verás que no hay soledad cuando de contar sentimientos se trata.
Esta entrada fue publicada en
Hombre/Mujer. Guarda el
enlace permanente.