El amor se fue.
Una madrugada me besó,
me regaló una última mirada,
sonrió y, dando la espalda, se marchó.
Se fue de mi vida.
Las rosas de mi vientre
cayeron, marchitas.
Ante esa súbita partida,
¿qué objeto podía tener
aferrarme a ningún latido
humano?
El amor, así, sonriendo,
se había alejado de de mí.
No hubo siquiera una encendida
disputa que permitiera albergar
la esperanza de un regreso, no.
Se marchó silencioso, circunspecto.
Allí donde solía estar el amor,
sólo me ha quedado un hueco frío…
Un oscuro y profundo silencio.

Acerca de Ella Milmundos
Hay quien escribe por gusto... Yo escribo por necesidad.
Escribir es mi desahogo; escribiendo le doy rienda suelta a mi alma, para que vuele y se revele... Entre letras, palabras e imágenes me siento en paz.
Mas debo decir que, si bien escribo primariamente para dejar salir mis sentimientos, también escribo por la responsabilidad de ponerle palabras a los sentimientos de muchas otras personas... Mi espíritu entiende que estos sentimientos, aunque son míos, también son propiedad de un alma colectiva que se busca a sí misma en mí y en todos.
Por todas esas personas que no saben cómo expresasr lo que sienten, lo que calladamente llevan dentro, existen montones de poetas locos, como yo, que cantan su verdad de tantas y tan variadas maneras como diversa es la realidad humana.
Sí. Soy una mujer. Pero más allá de cualquier limitación de género, soy lo mismo que tú: un Ser Humano. Es por eso que te digo que soy yo, pero también soy muchos y muchas. Soy todos y todas. Soy yo y soy tú.
Y hoy abro este espacio para que lo compartamos. Si lo que aquí escribo, de alguna manera encuentra eco en ti, anímate y compártelo... Ya verás que no hay soledad cuando de contar sentimientos se trata.
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