De regreso al Origen

Sucede que escuchándote

hablar de tu viaje de cada día

y de cómo a diario mueres,

sin notarlo, sin querer,

caí en la ruta de tu viaje vespertino

y, atestiguando tu recurrente muerte,

presencié también la mía.

Y allí me vi:

Descalza, libre, liviana e iridiscente

en medio de un camino boscoso…

Mis pies, caminando en total libertad

sobre un lecho de hojas.

La luz del Sol filtrada por las ramas

de los más imponentes árboles,

cargados de hojas tan vivas

que el mero verde las mantiene

prendidas a las ramas.

Los azules vibrantes, saltando de emoción…

Intensos e increíbles, con su belleza

capaz de herir los ojos.

El musgo y las hojas formando

sobre el camino una capa de tal perfección

y suavidad, que cada paso resulta

en una caricia a mis pies.

El río, lecho vivo, fluyendo feliz y cantarino

con su caudal de aguas transparentes

y cristalinas; riendo y amando la vida…

Reconociendo y acariciando cada roca

puesta en su curso.

Mis ojos, de alguna manera,

alcanzan a ver la vida bullendo

en cada milímetro de espacio…

Todo brillando ante mí, latiendo ante mí,

palpitando ante mi mirada.

Y en medio de este glorioso canto a la vida,

la comprensión contundente

de que ya el reproche de la existencia

carece de razón y sentido.

La certeza de que

lo único real y permanente

es la alegría de Ser…

Ser por siempre.

Ser por nunca.

Por una eternidad efímera.

Por un segundo eterno.

Solamente…

 SER.

Inspirado en «El Origen» del libro «Viaje a los Elementos» del poeta Andrés González Cruz

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Acerca de Ella Milmundos

Hay quien escribe por gusto... Yo escribo por necesidad. Escribir es mi desahogo; escribiendo le doy rienda suelta a mi alma, para que vuele y se revele... Entre letras, palabras e imágenes me siento en paz. Mas debo decir que, si bien escribo primariamente para dejar salir mis sentimientos, también escribo por la responsabilidad de ponerle palabras a los sentimientos de muchas otras personas... Mi espíritu entiende que estos sentimientos, aunque son míos, también son propiedad de un alma colectiva que se busca a sí misma en mí y en todos. Por todas esas personas que no saben cómo expresasr lo que sienten, lo que calladamente llevan dentro, existen montones de poetas locos, como yo, que cantan su verdad de tantas y tan variadas maneras como diversa es la realidad humana. Sí. Soy una mujer. Pero más allá de cualquier limitación de género, soy lo mismo que tú: un Ser Humano. Es por eso que te digo que soy yo, pero también soy muchos y muchas. Soy todos y todas. Soy yo y soy tú. Y hoy abro este espacio para que lo compartamos. Si lo que aquí escribo, de alguna manera encuentra eco en ti, anímate y compártelo... Ya verás que no hay soledad cuando de contar sentimientos se trata.
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